Adaptación climática de colegios y centros sociales

A lo largo de los últimos años se han acumulado evidencias del cambio climático y de sus impactos sobre distintos sectores socioeconómicos y sistemas naturales en todas las regiones del planeta.

Los impactos del cambio climático están afectando y afectarán a todas las ciudades y pueblos de Europa pero con diferencias regionales y locales. Las proyecciones sobre la evolución futura del clima indican que, aunque los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones resulten eficaces, los efectos del cambio climático se harán sentir durante décadas.

Por esta razón, la adaptación al cambio climático es una estrategia necesaria a todas las escalas. Es necesaria para complementar los esfuerzos de reducción de las emisiones que lo provocan.

Las proyecciones indican que el cambio climático incrementará los riesgos vinculados al clima tanto para los sistemas naturales, urbanos y para los humanos. Algunos de esos riesgos se limitarán a un sector o región particular, y otros tendrán efectos en cascada. En menor medida, el cambio climático proyectado también apunta algunos beneficios potenciales.

Diversos fenómenos extremos asociados a las condiciones climáticas, como olas de calor, sequías,  lluvias torrenciales o incendios – que causan serios impactos sociales y ambientales  en nuestro país – aumentarán su frecuencia o su intensidad como resultado del cambio climático. En este sentido, la adaptación es una respuesta imprescindible para evitar un impacto creciente sobre la economía y la sociedad.

Poco a poco la adaptación se va incorporando en los procesos de planificación, siendo todavía más limitada la aplicación de respuestas. Estas posibilidades de adaptación pueden ser: sectoriales (relativas a un sector específico), multi-sectoriales (relativas a dos o más sectores conjuntamente), regionales, transversales u horizontales (sirven para mejorar la adaptación global).

Adaptación en España, Portugal y en la UE

En abril de 2013 se adoptó en la Unión Europea la Estrategia Europea de Adaptación al Cambio Climático, que sienta las bases y los principios de la política comunitaria en materia de adaptación.

Esta Estrategia define tres objetivos clave:

  1. Promover acciones de adaptación al cambio climático en los Estados Miembros y aportar fondos para ayudarles a desarrollar sus capacidades de adaptación y para adoptar medidas. También apoya la adaptación en las ciudades a través de la iniciativa del Pacto de los Alcaldes por el Clima y la Energía.
  2. Promover la adaptación en sectores vulnerables clave como la agricultura, la pesca o la política de cohesión, asegurando que las infraestructuras europeas sean más resilientes y promoviendo el uso de los seguros contra catástrofes tanto naturales como de origien humano.
  3. Facilitar a todos los agentes implicados la toma de decisiones informada a través del incremento de programas de investigación y la recopilación e intercambio de información en materia de adaptación al cambio climático mediante la plataforma europea de adaptación al cambio climático como ‘ventanilla única’ (Climate-Adapt);

Un número creciente de países miembros de la Unión Europea ha adoptado una estrategia de adaptación nacional y varios de ellos han desarrollado y están implementando planes de acción.

Adaptación en el ámbito nacional

Como consecuencia de su elevada vulnerabilidad, la evaluación de impactos y la adopción de medidas de adaptación al cambio climático en España es un objetivo prioritario.

España ha sido uno de los primeros países europeos en desarrollar una política de adaptación, materializada en el año 2006 con la aprobación del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) y como respuesta a la Evaluación Preliminar de los Impactos en España por Efecto del Cambio Climático realizada en el 2005.

El PNACC se ha ido desarrollando desde entonces a través de Programas de Trabajo y estrechamente alineado con los principales instrumentos y elementos adoptados en el contexto europeo. En la actualidad está desarrollándose el tercer programa de trabajo 2014-2020.

En este sentido, el Plan Nacional de Adaptación es el marco general de referencia para las actividades de evaluación de impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático y proporciona la estructura global donde encajan las diferentes evaluaciones de los sectores, los sistemas y las regiones.

A su vez, el papel de la Oficina Española de Cambio Climático consiste en promover la generación de datosherramientas e información relevantes para el desarrollo de cada evaluación de impactos y facilitar procesos participativos.

Sin embargo, la adaptación al cambio climático en nuestro país es un ámbito de trabajo muy complejo, en el que confluyen la dimensión pública y privada, donde hay competencias, responsabilidades y necesidad de coordinación en todos los niveles administrativos –local, regional, nacional y europeo- y donde interactúan multitud de sectores y agentes.

Adaptación al cambio climático en centros de educación y servicios sociales

Las ciudades y pueblos de Europa, absorben la totalidad de los centros públicos destinados a la educación y los servicios sociales. Estos edificios son ocupados por alumnos/as, profesionales de la educación y los servicios sociales y la ciudadanía en general. Tanto el alumnado, docentes, directores y gestores de los centros, ancianos, personas discapacitadas, técnicos de servicios sociales y personal de mantenimiento, ocupan de forma regular estos centros entre un 70-75% de su tiempo durante su jornada diaria.

La vulnerabilidad frente al cambio climático de estos edificios, ubicados en regiones y municipios de España y Portugal, es consecuencia de la tipología constructiva de estos edificios y de las elevadas temperaturas que se alcanzan en el interior de los mismos entre los meses de mayo a octubre. Parte del problema sobre calentamiento de estos edificios se puede atribuir a la arquitectura de estos edificios y a los materiales empleados durante su construcción. En España y Portugal, muchos de los centros de educación y servicios sociales fueron construidos con anterioridad a la normativa básica de condiciones térmicas (Real Decreto 2429/79, de 6 de julio, por el que se aprueba la Norma Básica de la Edificación NBE-CT-79, sobre Condiciones Térmicas en los edificios).

El Cambio Climático ejerce una presión sobre nuestras infraestructuras «duras», como es el caso de estos edificios públicos de educación y servicios sociales, pero también en las «blandas», como son nuestros sistemas de salud y confort ambiental. Esto resulta muy obvio durante las olas de calor donde se alcanzan temperaturas en el interior de estos edificios por encima de los 32º C durante los meses de mayo a octubre, ocasionando serios problemas de salud y estrés térmico para niños, ancianos y personas discapacitadas, considerados grupos de riesgo.

En sentido el marco de una Estrategia Local de adaptación frente a los efectos del Cambio Climático en estos edificios, debe generar herramientas de gobernanza entre las diferentes administraciones regionales y locales con responsabilidades en materia de educación y bienestar social, que permita innovar y rehabilitar estos centros mediante la implementación de soluciones basadas en la naturaleza que permitan dar respuesta a períodos de sobrecalentamiento potencial, minimizando durante el día y la noche las ganancias de calor no deseadas.