Europa Press: Un proyecto liderado por el Botánico adaptará colegios y centros de servicios sociales al cambio climático.

Los ciudadanos que ocupan estos edificios entre la primavera y el inicio del otoño son más propensos a tener serios problemas de confort y salud por el aumento de las temperaturas en el interior de los edificios y las características constructivas de estos inmuebles

 LIFE-myBUILDINGisGREEN, es un proyecto europeo financiado por el Programa LIFE (LIFE17 CCA/ES/000088), que coordina el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) en el que participan varias instituciones de la Península Ibérica y en el que se proponen Soluciones Basadas en la Naturaleza para remediar este problema

El cambio climático también entiende de desigualdades sociales, además de las ya conocidas diferencias geográficas. Las regiones del sur de Europa, donde es más patente este hecho, ya experimentan un acusado aumento de las temperaturas máximas y una disminución de las precipitaciones. Está previsto que las olas de calor sean más frecuentes en esta zona y los cambios en la distribución de enfermedades infecciosas sensibles al cambio climático se traduzcan en un aumento de los riesgos para la salud y el bienestar humano.

De hecho, el cambio climático ejerce una presión sobre nuestras infraestructuras «duras», como es el caso de los edificios públicos de educación y servicios sociales, pero también en las «blandas», como son nuestros sistemas de salud. Esto es evidente durante las olas de calor, donde se alcanzan temperaturas en el interior de estos edificios por encima de los 32ºC durante los meses de mayo a octubre, ocasionando serios problemas de salud y estrés térmico para niños, ancianos y personas discapacitadas, considerados grupos de riesgo.

Las ciudades y pueblos de Europa, absorben la totalidad de los centros públicos destinados a la educación y los servicios sociales. Estos edificios son ocupados por el alumnado y profesionales de la educación en todos sus niveles, por los profesionales de los servicios sociales y la ciudadanía en general que ocupa, de forma regular, estos centros entre un 70 y un 75% de su tiempo.

La vulnerabilidad frente al cambio climático de estos inmuebles se acentúa aún más en regiones y municipios de España y Portugal como consecuencia de las elevadas temperaturas que se alcanzan en el interior de los mismos, entre la primavera y el inicio del otoño, y de las características constructivas de estos edificios. Parte de su calentamiento se puede atribuir a la tipología constructiva y a los materiales empleados. En España y Portugal, muchos de los centros de educación y servicios sociales fueron construidos con anterioridad a la normativa básica de condiciones térmicas.

Problemas de salud y confort

Como resultado, nos encontramos con edificios insuficientemente aislados térmicamente, y con escasa protección solar en los huecos de ventana, lo que en climas cálidos como los de España o Portugal, produce efectos de sobrecalentamiento en periodos estivales que afecta a problemas de salud y al confort de sus usuarios.

Ahora, el proyecto europeo LIFE-myBUILDINGisGREEN, que coordina el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid y en el que participan, el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC) el Centro Tecnológico CARTIF de Valladolid, la Comunidad Intermunicipal del Alentejo Central (CIMAC), la Cámara municipal de Oporto (Portugal) y la Diputación Provincial de Badajoz, tiene como objetivo contribuir a aumentar la resiliencia en estos edificios mediante la implementación de Soluciones Basadas en la Naturaleza como prototipos de adaptación climática y mejora de la salud ambiental y confort en los mismos.

«Los edificios de educación y servicios sociales de Europa se enfrentarán a muchos desafíos en las próximas décadas y el cambio climático aumentará la presión en los mismos. El proyecto se centra en el sector de la edificación, concretamente en los edificios públicos de educación y servicios sociales existentes en todas las ciudades y pueblos de Europa. Los impactos del cambio climático están afectando al bienestar y la salud de niños y ancianos que utilizan en mayor medida estos centros», señala Jesús Muñoz, investigador del CSIC en el Real Jardín Botánico que coordina el proyecto.

El proyecto tiene previsto analizar y verificar el impacto de estas Soluciones Basadas en la Naturaleza como medidas de adaptación al cambio climático en tres edificios piloto, dos colegios y un centro de servicios sociales. Promover medidas de adaptación sostenibles basadas en los ecosistemas y aumentar la capacidad de aplicar esos conocimientos en la práctica mediante la demostración y difusión de talleres.

Cuatro sistemas prototipos en tres edificios piloto

Se instalarán cuatro prototipos basados en la naturaleza en fachadas y muros de compartimentación, cubiertas y azoteas, superficies exteriores y aparcamientos de cada edificio piloto seleccionado. Además, se complementará con la ejecución de medidas sostenibles de ventilación natural inducida, sombreado estacional (natural y artificial) y la elección de especies autóctonas del ámbito mediterráneo y atlántico.

Tal y como apunta Jesús Muñoz, «la solución a este problema no puede pasar por la aplicación de un programa de climatización que permita la instalación de refrigeración artificial mediante climatizadores en estos centros públicos, ya que ni las autoridades públicas responsables ni las directrices europeas lo aconsejan, debido a que los mismos contribuyen al calentamiento global, por su alto consumo de energía eléctrica y su emisión de CO2 a la atmosfera».

Además, «los climatizadores han contribuido a aumentar el porcentaje de ciudadanos con problemas respiratorios como laringitis o faringitis y han reagudizado los procesos crónicos de la población de riesgo. Hasta la fecha, una de las soluciones que las administraciones responsables de estos centros están tomando son la regularización de los horarios lectivos del alumnado, permitiendo que los padres se lleven a sus hijos antes de tiempo, a consecuencia de los picos máximos de temperatura interior coincidentes con las horas centrales del día», añade el investigador del RJB-CSIC.

Una vez concluido el proyecto, se prevé una importante mejora del bienestar y confort térmico de los ciudadanos de esos edificios, las medidas adoptadas se podrán adoptar en otros más y, además, se reducirá un significativo porcentaje de CO2 con unas 27 toneladas, un 50% de consumo de agua de riego y de costes de energía con un 50% menos en refrigeración y un 10% en calefacción. Por otro lado, se aumentarán las zonas verdes sostenibles en cada edificio, además de recoger 2.700 m3 de lluvia anualmente entre los tres edificios.

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